Vocación: gracia y misión
Este es el lema con el que el papa Francisco anima a la reflexión en la Jornada Mundial por las Vocaciones en su mensaje para esta 60 celebración, vocación: gracia y misión.
Un mensaje muy evocador que nos anima a retomar de nuevo el ser de nuestra fe y reconocer que aquello a lo que Dios nos llama en nuestra vida es una gracias. Un don gratuito que nos permite llevar una vida más plena en la entrega a la misión. Únicamente desde la recuperación auténtica de nuestra fe, desvestida de activismos y falsos ídolos a los que servimos en el día a día. En su mensaje el papa nos invita a ver como en nuestras experiencia de pobreza el Señor actúa, acoge nuestra parte herida y la transforma para llegar al apostolado.
Desde nuestra vocación nos invita a ser testigos de la alegría, la mejor manera de transmitir el Evangelio es vivir coherentemente desde la alegría del servicio, en el carisma camiliano, el servicio a los enfermos. Seguir realmente nuestra vocación nos tiene que llevar a esa alegría serena que nos da la paz en nuestros días.
Nos recuerda que hemos sido llamados juntos, nuestra vocación no es un misterio intimista para la gloria personal; sino la expresión de lo que genuinamente soy al servicio de los demás, que construye la fraternidad y me hace ver al otro como un hermano.
Toda persona al servicio de los que sufren y que vive la vocación del cuidar puede sentirse identificado con las palabras del papa, percibir la tarea de cuidar como una genuina misión en el que mi ser se entrega al que sufre. Desde ahí os invitamos a reflexionar a las personas que hoy se entrega en sus labor de cuidar desde el carisma camiliano, que su vocación siga dando frutos de amor a los enfermos.