Testimonio de Consuelo Santamaría tras su viaje en India
Del 12 al 16 de noviembre en el Centro de Pastoral de los religiosos Camilos de Bangkok de la Provincia de Tailandia, se realizó el V encuentro de líderes y coordinadores organizados por la fundación Camillian Disaster Service International (CADIS). el tema de reflexión del encuentro ha sido:
"Liderazgo de servicio: mirando hacia atrás en nuestro pasado, enfrentando los desafíos del presente y proyectando nuestro futuro".
En este encuentro ha estado presente Dña. Consuelo Santamaría, profesora del Centro de Humanización de la Salud y representante de la Provincia Española, quien ha participado en diferentes actividades formativas en situaciones de emergencia de Nepal y en Sierra leona.
Antes del este encuentro Consuelo Santamaría estuvo algunos días con los religiosos camilos de la provincia de la India, donde tuvo la oportunidad de conocer de cerca algunas obras y el trabajo que se realiza en favor de lo más vulnerables de la sociedad.
Testimonio de Consuelo Santamaría
Hay muchas formas de viajar. Cuando uno entra en un avión puede imaginar los motivos de un viaje. Hay quienes vuelan para hacer turismo con el objetivo de ver ciudades, monumentos o tumbarse al sol en alguna playa caribeña, otros lo hacen para desintoxicarse de la actividad trepidante o simplemente para romper la rutina o descansar. Otros hacen viajes de negocios y otros son los viajes del encuentro. Estos son los que más me gustan.
Salir del área de confort, coger una maleta y lanzarse a la aventura de un viaje largo con el único fin de encontrase con alguien no tiene nada que se le iguale. Y yo salí de Bangkok, donde tuvimos el 5º encuentro de CADIS (Camillian Disaster Service International), rumbo a la India con el único objetivo de encontrarme con los camilos que compartieron conmigo la experiencia de Nepal.
Un encuentro personal lleva a otro y a otros muchos y así se forma una red social intensa, plena, diferente y, solo así, el viaje cobra sentido. El encuentro con los camilos de Bangalore en el centro de pastoral de la salud Snehadaan, me permitió compartir con los niños y sus profesoras, hijas de San Camilo y franciscanas, sus dificultades y problemas, sus alegrías y sus logros, igualmente pude intercambiar charlas, sonrisas y caricias con ancianos, con enfermos de cuidados paliativos, viviendo momentos muy intensos y llenos de vida o disfrutar con los jóvenes, que desean ser camilos y se están preparando para ello, de sus cantos, sus bailes y sus sueños.
Otro encuentro inolvidable fue en Shehagram el centro que acoge a niños infectados por VIH. Compartir con ellos la comida, escuchar sus historias personales, las dificultades educativas y los retos que tienen que alcanzar constituyó en sí mismo la razón de mi viaje de “encuentro”. Igualmente visitar a los camilos en Kerala, un estado de la costa tropical, una región preciosa con una inmensa red de canales, en donde una comunidad de camilos comparte sus vidas con enfermos de sida dio una vez más sentido al viaje de mi vida, afianzándose la idea de que la vida solo vale la pena desde el encuentro con los demás.
Ellos, los camilos de todo el mundo, y especialmente los de la India, con quienes he reído, hablado, compartido vida y rezado siguen enseñándome y reforzando la idea de que la vida se enriquece fundamentalmente cuando se sale al encuentro del otro.
Esta profunda y maravillosa experiencia dilata mi agradecimiento y amplifica mi gratitud hacia todos los camilos del mundo. GRACIAS.