Actividades de Semana Santa

En este camino de Cuaresma nos preparamos para vivir y profundizar en los misterios de nuestra fe, la muerte y la resurrección de Jesús. En San Camilo proponemos distintas actividades para grupos de jóvenes que deseen experimentar de manera especial el servicio a los enfermos y al que sufre.

En las actividades intentamos que todos los participantes puedas profundizar en la experiencia evangélica del servicio a los enfermos. Mediante la cercanía con los frágiles descubrir la alegría que experimenta el que entrega su vida por los demás a imagen de Jesús y experimentando su amor.

Las actividades que llevamos varios años poniendo en marcha son diversas pascuas juveniles, campos de trabajo en verano, experiencias internacionales, visitas y actividades de voluntariado en la residencia San Camilo, etc. Con ello deseamos ponernos a disposición para los grupos parroquiales, colegios, movimientos, etc que quieran acercarse y conocer el carisma de San Camilo y coordinar acciones pastorales dando a conocer la belleza del carisma Camiliano. 

Para conocer mejor todo el trabajo de los Ministros de los Enfermos, os invitamos a entrar en la Web www.camilos.es o poneros en contacto a través del correo jovenes@camilos.es.

La revolución del voluntariado

Los religiosos Camilos somos conscientes de la importancia del voluntariado en la sociedad, como institución social que es. Por ello animamos a la organización del voluntariado que sea afín a nuestro Carisma, el cuidado de las personas que sufren.

En el Centro San Camilo desarrollamos varias obras en las que el voluntariado está presente siendo una de las claves que potencia la humanización de los lugares. Gracias a la acción voluntaria se produce el encuentro genuino entre personas que tanta salud genera.

La tarea del voluntariado, el servicio, está íntimamente relacionada con el carisma de los religiosos Camilos, servir a los enfermos a imagen de Jesús. Por ello estaremos presentes los días 13 y 14 de febrero en la feria VOLUNFAIR que tendrá lugar en la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Industriales de la Universidad Politécnica de Madrid en la calle José Gutiérrez Abascal, 2.

La feria tiene como objetivo visibilizar y conectar a las entidades con las personas que están interesadas en desarrollar una actividad voluntaria. Abrirá sus puertas a las diez de la mañana y estará disponible hasta las siete de la tarde.

Animamos a participar a todo aquel que desee participar en la construcción de un mundo más humano y solidario. Sobre todo si os mueve el carisma de acompañar al que sufre acercaos al estad de los Religiosos Camilos y compartid vuestra experiencia.

Los Reyes Magos visitan San Camilo

En el día de ayer tuvimos una mágica visita con sus majestades de Oriente. Éstos compartieron con las personas que cuidamos en San Camilo y sus familiares un agradable encuentro. En él también estaban presentes los trabajadores y sus familiares.

Esta bonita tradición nos acerca al misterio del que se siente atraído a encontrar en lo frágil y sencillo la meta de su viaje. Un día muy señalado para compartir con la familia viviendo con ilusión y la mirada humilde de un niño.

Es toda una alegría para los religiosos poder compartir este encuentro con las personas a las que cuidamos y cerrar estas fiestas Navideñas con una celebración que sigue ilusionando a niños y no tan niños. Otro paso en el camino de la humanización haciendo lo posible porque las personas continúen construyendo su historia con las tradiciones que viven con cariño. También es una forma de hacer partícipe a nuestros residentes de la vida del barrio de la que formamos parte y con la que debemos tender cada vez más puentes.

Esperamos que todos paséis un feliz día de la Epifanía y podáis dedicar un tiempo a contemplar el misterio de la Navidad. 

Renovación de Votos de la Provincia Española

El pasado 8 de diciembre, la Iglesia en el Mundo ha celebrado la Solemnidad de la Inmaculada Concepción. Los religiosos Camilos del mundo en el marco de esta celebración han renovado sus votos siguiendo la tradición de la Orden y recordando así que un 8 de diciembre de 1591, Camilos junto con sus compañeros realizaban su profesión Solemne en esta festividad.

Los Religiosos Camilos de la comunidad Tres Cantos por su parte, han celebrado también la renovación de votos temporales de Antonio Alegre. La Eucaristía ha sido presidida por el Superior de la comunidad el P. Heliodoro Delgado y la renovación de Antonio ha sido aceptada por el Delegado General de la Provincia Española, el Hno. José Carlos Bermejo.

Durante la Eucaristía, también los religiosos de votos Solemnes, han realizado su renovación ante todos los participantes: residentes, familiares, amigos, voluntarios, recordando así, el compromiso de servicio y entrega hacia a los enfermos, «sirviéndolos aun con peligro de la propia vida en perfecta castidad, pobreza y obediencia».

Conclusiones del encuentro de la Familia Camiliana Laica

El encuentro de la Familia Camiliana Laica es una muy buena noticia para los religiosos Camilos. Gracias a ellos la gran familia de Camilo es cada vez mayor y podemos hacer llegar mucho más lejos la misión de san Camilo. Agradecemos a todas las personas implicadas su trabajo, realizado con cariño y pasión y a todos los participantes en el encuentro, que enriquecieron con su presencia esta reunión.

Transmitimos las palabras del Presidente nacional de la Familia Camiliana Laica Bernardino Lozano, al que agradecemos también su comunicado:

«Concluyeron las XXI Jornadas de FCL celebradas en Tres Cantos entre los días 28 a 30 de septiembre.

Este año bajo el lema de: Jesús Sana y Salva, la mirada evangélica.

Inauguradas con la presencia del Delgado General, Hno. José Carlos Bermejo y el director espiritual, P. Jesús Ruíz.

Con una presencia numerosa de todos los grupos locales. Participaron como animadores el sacerdote Agustín Rodríguez y la profesora del CEHS Consuelo Santamaría.

Agustín abordó su exposición desde la experiencia que, como sacerdote, desarrolla dentro de la comunidad en la que trabaja la Parroquia de Santo Domingo en La Cañada.

En primer lugar, comenta que la figura de Jesús no es la de curandero, su sanación es algo que ya está sucediendo y que poco tienen que ver con alargar la vida sino más bien en encontrar la dicha incluso has en la propia enfermedad.

Sanarse será vivir sin miedo y ayudar a vivir para superar las dificultades, incluso hasta la muerte.

Posteriormente destaca lo esencial de la figura sanadora de Dios desde la dimensión de la relación, por ello expone que, desde la relación con los otros, en el encuentro con el otro podemos superar todo y superarnos a nosotros. No somos individuos, somos un nosotros, y asumiendo y conociendo ese “nosotros” podremos superar la fragilidad y la imperfección.

Finaliza, hablando de la necesidad de sanar el corazón con la experiencia de perdón, iniciando así el camino de la misericordia y de la libertad. Así se produciría el fracaso de la prepotencia en las relaciones con los otros y se podría restablecer la justicia original.

El sábado, Consuelo Santamaría nos habla de la figura de Camilos como sanador herido.

La imagen del sanador herido sirve para poner en evidencia el proceso interior al que son llamados todos cuantos prestan ayuda a quien cruza un momento difícil en la vida, marcado por el sufrimiento físico, psíquico o espiritual. Significa, pues, el reconocimiento, la aceptación y la integración de las propias heridas, de la propia vulnerabilidad y condición de finitud.

Está basado en el Mito de Quirón, que Consuelo explica y desgrana.

Para pasar luego a la figura de San camilo como Sanador Herido. Comienza explicando todas las heridas de Camilo, desde su infancia hasta su muerte. La muerte de sus padres, las incomprensiones de los demás, el fracaso, baja autoestima, autoritarismo, miedo, adicción al juego, mentiras, ambición, las trampas, su herida del pie,….

Clasifica sus heridas en físicas, emocionales y espirituales y las va describiendo. Pero todas estas heridas, que nos hacen pasar por momentos difíciles no pueden hacer que perdamos nuestra dignidad, como no la perdió Camilo. Las heridas que nos hacen sufrir, manifiestan Consuelo, no tienen que llevarnos la destrucción, pues toda sanación pasa por la aceptación y esta aceptación pasa por la memoria emocional vivida.

Las heridas de Camilo podrían ser las heridas de nuestra época, como la baja compasión, respeto, dignidad y sacralidad de la persona, austeridad, humildad, autenticidad y prepotencia. Necesitamos vivir la mística de la compasión para con los demás.

Concluye Consuelo hablando de cómo sana Camilo, y lo hace:

  • Porque mira a los ojos de los enfermos.
  • Porque siempre manifiesta una actitud sanadora.
  • Porque acepta y acoge al otro como alguien sagrado.
  • Porque abandona actitudes victimistas y lastimeras.
  • Porque se abre a la vida.
  • Porque acepta la culpa.
  • Porque encuentra sentido a la vida y perdona.

Para ello es fundamental la propia experiencia personal que nos hace cambiar en ese momento de nuestra vida al descubrir el sentido del servicio a los demás. Y es cuando ya no lo hacemos por Ti, sino que lo hacemos Contigo.

El sábado por la tarde acudimos a visitar Alcalá de Henares. No solo por ser Patrimonio de la Humanidad, sino que en su momento fue un lugar de referencia para los Religiosos Camilos.

El actual ayuntamiento de la ciudad complutense fue el Colegio-convento de la Orden de Clérigos Regulares Ministros de los Enfermos de San Carlos Borromeo y de San Camilo de Lelis o de Agonizantes, fruto de la desamortización del siglo XIX.

Este convento de los Religiosos Camilos se construye como una iniciativa de la Orden a nivel mundial para crear un lugar centralizado para los estudiantes de toda la Orden, dada la proximidad de la Universidad de Alcalá.

Parece que fue una casa que nunca se llegó a completar y llenar de estudiantes dada su magnitud.

Además, recorrimos el centro de la ciudad alcalaína visitando la Casa Natal de Cervantes, la Universidad, y su Catedral- Magistral de los Santos Just y Pastor. Tiene de particular que, junto con la iglesia de San Pedro de Lovaina (Bélgica), el único templo en el mundo que posee el título de Iglesia Magistral, lo que suponía que todos sus canónigos debían ser doctores en teología.

Terminaron las Jornadas el domingo con las conclusiones, un debate abierto de los asistentes, la puesta en común de las actividades de los grupos y con la renovación del compromiso en la celebración de la Eucaristía.»

¡Deseamos de todo corazón que este encuentro siga dando los frutos del carisma de san Camilo en el mundo!

¡Conoce San Camilo!

Los religiosos Camilos, a través del equipo de Pastoral Juvenil os invitamos a tener una experiencia de servicio viviendo el carisma camiliano. Acércate y conoce San Camilo.

La misión de san camilo está hoy más viva que nunca, a muchas personas nos interroga el misterio de la enfermedad, nos conmueve el dolor del que sufre y sentimos la llamada a ser “buenos samaritanos” en el mundo de hoy. ¡Aún hay muchos espacios que humanizar en nuestro mundo y podemos ser imagen de Jesús en la acogida y el cuidado a los enfermos!

Los religiosos camilos llevamos más de 400 años dando respuesta a esta inquietud y trabajando en esta “viña” con todo aquel que desea compartir nuestra misión intentando ser respuesta desde el Evangelio. Por ello invitamos a toda persona, comunidad, parroquia o grupo a caminar juntos y compartir el camino de Jerusalén a Jericó para llevar la Buena Noticia a toda persona que encontremos.

Desde la pastoral Juvenil ofrecemos la posibilidad de tener una experiencia de servicio y oración en el Centro San Camilo, acompañando en el cuidado a los que sufren y contemplando el servicio a la luz del Evangelio y el carisma de san Camilo, poniendo “más corazón en las manos”.

Si estáis interesados en vivir la experiencia ponte en contacto con nosotros en jovenes@camilos.es e infórmate.

 

“Más corazón en las manos”

Primer pensamiento que tuvo camilo de instituir la compañía

Mañana 15 de agosto, la Iglesia en el mundo celebra la Solemnidad de la Asunción de la Virgen María al cielo, una fecha especial para los Religiosos Camilos, que recordamos que en la víspera de esta fiesta, un día como hoy 14 de agosto, pero de 1582, Camilo de Lelis tuvo la inspiración de crear un grupo de hombres piadosos y generosos, que no quisieran saber nada de salarios o compensaciones de ningún tipo, sino guiados y movidos únicamente por el amor a Dios y los pobres… “que los cuiden con el amor que tiene una madre para con su hijo único enfermo…”

 

Años después gracias a este pensamiento y por los sucesos que va generando el espíritu, nace la Orden de Ministros de los Enfermos, un grupo de hombres con corazón de madre, que ya no solo asisten en los hospitales sino que son capaces de entregar su vida en la atención a los apestados y en diferentes realidades de sufrimiento y exclusión donde descubren el rostro del mismo Cristo.

Cumpleaños de un pensamiento

1582. Es el año de la muerte de Teresa de Ávila. El año de la llegada de Mateo Ricci a China. El año de la reforma del calendario querida por Gregorio (Para hacer que salgan las cuentas respecto al antiguo calendario juliano, es preciso suprimir diez días.)

Pero el 1582 señala la fecha del nacimiento de un pensamiento. Es el 15 de agosto, fiesta de la Asunción. Durante la noche, Camilo vuelve a devanar el hilo de las acostumbradas consideraciones. Muchos se hallan satisfechos de lo que ha logrado en el San Giacomo. En poco tiempo ha conseguido imponer su impronta inconfundible de caridad en aquel ambiente. Se respira otro aire. Incluso el «espíritu» se ha elevado a niveles hasta entonces impensables.

Camilo Pasa largas horas de la noche velando a la cabecera de los enfermos graves y orando ante su Señor crucificado. Hace evaluación, ante Dios y ante su conciencia, de la marcha del hospital en los últimos años: lleva casi tres años de Director-Gerente, se ha hecho algo… bastante por mejorar el hospital, pero le parece poco, muy poco para lo que él querría. No encuentra, ya no se le ocurren medios para mejorar más aún el servicio, ha echado mano de todo. Sin embargo está seguro de que Dios quiere otros caminos; la dignidad de sus dueños y señores exige imperiosamente otra cosa, otro servicio; le parece que las cosas de Dios no pueden quedarse a medias. Camilo ora, medita y se interroga: ¿cuáles serán los nuevos caminos del Señor?

La respuesta se le ocurrió en una de sus velas nocturnas a los enfermos, el día 14 de agosto de 1582 – recordó siempre esta fecha -. Hace falta otro tipo de gente – se dijo – otros enfermeros, «hombres piadosos y generosos, que no quieran saber nada de salarios o compensaciones de ningún tipo, sino guiados y movidos únicamente por el amor a Dios, y a estos pobres… que los cuiden con el amor que tiene una madre para con su hijo único enfermo…»
Sí… esta sería la solución. Y ¿cómo hacerlo? ¿Cómo organizar una compañía de enfermeros así? ¿Son sueños? Camilo se permite soñar… acaricia esta idea, que para él es luminosa. Pero, ya que se trata de servir a su Señor, de cumplir su voluntad soberana, a Él no le faltarán ciertamente medios para hacerla posible. Camilo se lanza, pues, a esta nueva aventura en el servicio fie1 a su Señor. Él, escondido en el enfermo, se lo merece, Él lo quiere y lo hará posible.

Busca enseguida compañeros que quieran compartir su idea; los encuentra entre sus mejores amigos y colaboradores, dentro del mismo hospital: Francisco Profeta, sacerdote siciliano, recién nombrado capellán del hospital; Bernardino Norcino, Curcio Lodi, Ludovico Altabelli y Benigno Sauri, estos cuatro, seglares que servían en el hospital. Todos ellos aceptan de buen grado el plan, porque conocen a Camilo, conocen bien su corazón y la pureza de sus intenciones, se fían de él. Comienzan a reunirse por la noche, concluido su trabajo habitual, en un pequeño oratorio presidido por un hermoso Crucifijo. Puesto que lo que los mueve es la fe, sus reuniones son siempre de oración y reflexión, de diálogo libre y fraterno… se alegran de compartir un ideal grande, que los atrae poderosamente, dan gracias a Dios por esta inspiración y le piden que sepan cómo realizarlo. En la voz y en la fuerza del ideal que se proponen, reconocer la llamada de Dios y quieren disponerse a responder humilde pero firmemente a esa llamada. La oración del grupo es intensa, confiada y gozosa.

Pasaron… dos años y el grupo de los seis seguía compacto. Firme con sus reuniones, cada vez más firme y unido en sus ideales y llevando a la práctica de uno u otro modo lo que ante Dios reflexionaban y oraban. No molestaban a nadie y mejoraban su servicio al hospital.

Conoce más sobre la vida de Camilo de Lelis

14 de julio fiesta de San Camilo

Hoy 14 de julio la Iglesia y la Orden de Ministros de los Enfermos (Religiosos Camilos) celebran  la fiesta de San Camilo, fundador de la Orden de Ministros de los EnfermosReligiosos, patrono de los enfermos y trabajadores del mundo de la salud.

Con motivo de esta celebración José Carlos Bermejo Delegado general de los religiosos Camilos en España, presenta algunos aspectos del final de la vida de Camilo, aspectos provocadores para humanizar el proceso de vivir el morir de manera apropiada.

La muerte de Camilo tuvo lugar en Roma, a los 64 años, en la casa de La Maddalena, que aún hoy se conserva como casa generalicia de la Orden.

El proceso final de Camilo no fue de unos días… Camilo se sintió particularmente débil unos meses antes, no pudiendo ir al hospital como los demás (como cuidador) y sintiendo envidia: “Dichosos vosotros, que habéis estado en aquella santa viña, sirviendo a los pobres enfermos”, les decía a sus compañeros que iban al hospital, al que él llamaba viña.

Un día de su última primavera en que el médico le dejó salir de la casa de la Maddalena, donde él tenía certeza de morir, pidió al carrocero que se dirigiera hacia el hospital del Espíritu Santo, que para él era el jardín donde se respira el aire que solo hay en el paraíso. Allí entró con ayuda de dos religiosos y conversó con los enfermos a los que les dio su bendición y expresó su deseo de estar siempre con ellos. Sentía una particular “atracción” hacia el hospital. Decía que tenía imán para él.

Fue el 1 de mayo cuando mandó llamar al Prefecto de la Casa y le preguntó si había traído ya el Óleo Santo nuevo, pidiendo que lo hicieran porque sería necesario para su Unción. Se hizo una reunión de médicos en su presencia y, después de escucharles a todos, se pronosticó su muerte, diciendo: “Sí, señores, yo he seguido muchos tratamientos, tanto en Nápoles como en Génova, y aquí en Roma, y no mejoro, por lo que concluyo que hay aquí escondido algún secreto de Dios, y quién sabe si quiere que padezca alguna cosa por su amor; y ¿cuándo hemos de hacer algo bueno por la Eternidad, si no es al final de la vida?”.

Al día siguiente también le dijeron que los médicos consideraban que si bien la enfermedad podía alargarse tiempo, no escaparía de ella. A la pregunta del Superior sobre cómo lo vivía, él dijo que bien y alegremente, porque había tenido la Buena Noticia de que pronto haría el viaje al Paraíso. “¿Por qué no he de estar alegre siendo esta la mejor noticia que yo podía tener? Ya no me preocupa más que Dios me conceda un pequeño rinconcito en el Paraíso. Tampoco me preocupa la Orden porque Dios enviará otros hombres. Ya hace seis años que dejé el generalato para cuidar de mi alma y disponerme para la muerte”.

Durante los últimos meses, Camilo mendigaba apoyo espiritual al estilo de la época, solicitando que celebrase por él la Eucaristía e hicieran oraciones. Le visitaban y buscaban su bendición y su intercesión, así como el deseo de conservar algo suyo simbólicamente.

Camilo tuvo la posibilidad, en las últimas semanas de su vida, de despedirse por escrito con una Carta Testamento con algunas recomendaciones. En esta Carta Testamento, son claras las preocupaciones de Camilo al final de su vida y los deseos de morir cerrando el círculo biográfico. Con conciencia de continuidad para sí mismo en manos de Dios y de continuidad para la Orden, pide comunión espiritual, transmite su deseo de fidelidad en la pobreza y en la misión de la Orden de servir a los enfermos, así como expresa su deseo de que no se malogre la identidad hecha de religiosos sacerdotes y laicos, con su particular originalidad. Una herencia hermosa de un hombre apasionadamente entregado a la humanización del mundo del sufrimiento y conocedor de las vulnerabilidades de los religiosos y de la misma condición humana.

Su preocupación por la Orden le lleva a decir que esta “pobre planta” podría ser “destruida y aniquilada”, más que por la guerra externa, por la acción tortuosa de algunos religiosos que dejarán que engañen “su mente disfrazándose de bien pero buscando, en realidad, desviar y alterar nuestro santo Instituto”». Para él, los Ministros de los Enfermos deben ser siempre Ministros de los Enfermos. Vio amenazas de manera particular cuando se empezaron a tener iglesias propias y sacerdotes que podían preferir actividades eclesiásticas, en lugar de servicio a los enfermos. Tan delicada pudo ser la situación que el mismo Cicatelli, en su vida manuscrita del padre Camilo, escribe amargamente: «De la multitud nacía una confusión grandísima; y la mucha mala hierba sofocaba la poca buena que había».

Después del 20 de junio de 1614, escribió dos cartas: una firmada por él y dictada, y la otra escrita por él mismo, el 5 de julio.

La que firma, es dirigida al p. Agostino Grossi, superior de 5 casas que había en Nápoles, con un centenar de religiosos. Camilo es muy incisivo, y con amargura y pena pregunta si ha recibido la carta que le mandó para todos los padres y hermanos y si la ha leído en presencia de todos. Lo justifica diciendo que está peor y quiere a toda costa que esa carta sea leída por todos.

Camilo se sentirá peor y solicitará insistentemente la celebración de la Unción y el Viático, para lo cual se hará presente en su lecho de muerte el Cardenal Ginnasio Protector.

En los últimos días, ordenó que pintaran un cuadro, concretamente que se pintase un Cristo muerto en la cruz, y en la parte superior el Padre eterno, y el Espíritu Santo en forma de paloma en los lados, llenos de la sangre derramada por Jesús; y al pie de la cruz, María orando por Camilo.

El 6 de julio hizo que todos los padres y hermanos se sentaran, y habiendo pedido licencia al Padre General para decir algunas palabras, les exhortó a todos a la observancia del Instituto, en particular a la fervorosa caridad con los enfermos, a la unión y caridad entre sí mismos, a la pureza del corazón y del cuerpo, a la pobreza, obediencia y humildad, que no perdiesen el ánimo por las grandes borrascas y persecuciones que había vivido la Orden, porque todos los principios eran dificultosos. Al fin, derramando muchas lágrimas, según su biógrafo Sancio Cicatelli, dijo: “Padres y hermanos míos, yo pido misericordia a Dios, y después demando perdón al Padre General y a todos los demás, de cualquier mal ejemplo que les haya dado en el pasado, asegurándoles que más ha procedido de mi poco saber, que de mala voluntad”. Y a todos, presentes y ausentes, les dio la bendición.

A continuación, el Padre General y los presentes le pidieron perdón y se despidieron entre lágrimas, besándole las manos.

A las visitas que recibió después, aunque principales, les dio este recado: “Por mi amor que me excuséis con estos señores, que yo he ya recibido el Santo Óleo y me quiero retirar un poco dentro de mí mismo”. El padre Marcelo Manfio le dijo a Camilo: “Padre, estos señores vienen por consuelo de sus almas, vuestra Paternidad los admita, que irán desconsolados por no verle”. Respondió Camilo: “¡Qué quieren ver, sino un cuerpo casi corrompido, postrado en una cama, como un cadáver; si esto desean, vayan a los hospitales, allí hagan obras de caridad y consuelen los enfermos, y no quieran hablar al primero en los perversos hombres del mundo! Además, padre Marcelo, que una vez sola se muere, y yo debo procurar morir bien”.

Le trajeron el cuadro que había encargado, pero el confesor había hecho pintar al mismo padre Camilo arrodillado ante la cruz, junto a la Virgen. Camilo exclamó: “Señor, vos sabéis que no ha sido esta mi intención; pero como habéis querido que me pongan debajo de vuestros pies, y de la protección de vuestra Santísima Madre, sea para que yo espere más misericordia, y que me caiga alguna gota de vuestra sangre, que con abundancia me purifique” . Quiso acomodar el cuadro en lugar donde le pudiese ver para meditar el misterio que representaba, como hiciera San Agustín con los Salmos Penitenciales.

Le pidió al enfermero que cuando se muriese, que le repitiese palabras de esperanza hasta cuarto de hora después de muerto.

Según sus escritos, el 10 de julio Camilo confirma su Testamento espiritual que pediría que se lo pusieran al cuello después de muerto. Al demonio tentador le deja Camilo “todos los pecados y todas las ofensas que he cometido contra Dios”; al mundo, “todas las vanidades”; a Jesús, “mi alma”; a San Miguel Arcángel, “todo el intelecto”; a María Virgen y Madre, “mi voluntad”; y de nuevo a Jesús crucificado, in extremis, “todo mi ser, en alma y cuerpo”.

La mañana del domingo 13 de julio le dijo a un padre que le velaba: “No sé si estos padres han pensado ya en las cosas necesarias para mi entierro”. Respondió el padre que ya se había hablado de eso. Añadió Camilo: “Advertid que no hay más tiempo que mañana”.

La mañana del 14 de julio, último día de su vida, le visitó de nuevo el Cardenal Ginnasio Protector. Después preguntó qué hora era, al escuchar dar el reloj. Eran las ocho. El dijo “cómo tan tarde, que esta será la última Misa que oiré”. Estaba realmente preocupado por su salvación. Acabada la misa rogó al confesor que no se apartase de su cama por si le viniera a la mente alguna cosa que pudiese confesar.

Al médico, después de agradecerle, le dijo: “Otro médico me espera”. Así pasó algunas horas rodeado de los suyos hasta que, a las 21.30, falleció a los 64 años de edad, 40 años después de su conversión y 28 después de que aprobó su Congregación Sixto V y 20 después de elevada a Orden por el papa Gregorio XIV. Fue enterrado por la noche, por indicación del papa, a la vista del revuelo que se generó en Roma.

 

A la muerte del Fundador , la Orden Ministros de los Enfermos contaba con 299 religiosos, 154 sacerdotes y 145 hermanos, en 17 casas repartidas por casi toda Italia y divididas en 5 provincias .

Hoy, al celebrar el recuerdo de aquel 14 de julio de 1614, podemos quedarnos con algunas de sus bendiciones, como la del 10 de julio de 1614: «Con esto acabo, enviando a todos (en cuanto me es concedido por Dios nuestro Señor, y de su parte) mil bendiciones; no solo a los presentes, sino también a los futuros que sean operarios de esta santa Orden hasta el fin del mundo».

José Carlos Bermejo