La Orden de los Ministros de los Enfermos, religiosos Camilos, comunicamos con profunda tristeza el fallecimiento del p. Leocir Pessini, Superior General de la Orden en el complejo sanitario camiliano de granja Viana – Cotia de San Pablo (Brasil), después del empeoramiento progresivo de la recidiva de su tumor intervenido hace años y diagnosticada hace 10 meses. Tenía 64 años.
P. Leocir, nació el 14 de mayo de 1955 en Joaçaba, ciudad del estado de Santa Catalina en Brasil. Vivió posteriormente en Sao Paulo desde los 20 años. Realizó la primera profesión en 1975, la profesión solemne en 1978 y fue ordenado sacerdote en 1980.
Se licenció en Filosofía en la Escuela “Nuestra Señora de la Asunción” de Sao Paulo y en Teología en la Universidad Pontificia Salesiana de Roma. Curso estudios de estudios en Educación Pastoral Clínica y Bioética en el Centro Médico St Luke’s Medical Center de EE.UU. (1982-85). Doctor en Teología Moral, con especialización Bioética.
Fue Vicerrector del Centro Universitario “San Camilo” de Sao Paulo y presidente de las Organizaciones de los Religiosos Camilos, que incluye 56 hospitales en Brasil.
Fue también coordinador de la Delegación de Pastoral de la Salud de la Conferencia Episcopal Brasileña en 1994-1997, formo parte de la dirección de International Association of Bioethics (1997-1995), Vicepresidente de la Sociedad Brasileña de Bioética y miembro del Equipo de Apoyo del Observatorio Pastoral del CELAM (Consejo Episcopal Latinoamericano). Fue también Superior Provincial de los religiosos Camilos de Brasil, hasta su nombramiento como Superior General de la Orden en mayo de 2014.
El pasado lunes 21 de julio, después de recibir varias visitas, programó con la Doctora la celebración de la Unción en presencia de sus padres, su hermana, los dos consultores generales que estaban desde hacía una semana, José Carlos Bermejo, Delegado General de la Provincia Española y algunos religiosos más de la comunidad local, junto con su médico y otro miembro del equipo.
Tras la celebración de la Unción (p. Gianfranco) y el Viático (p. G. Bogoni), bendijo a los presentes, invocando a San Camilo, que desfilaron abrazándolo y recibiendo algunas palabras para cada quien. A todos, expresó agradecimiento por la presencia y afirmó que todo estaba preparado y diciendo: “Os he dado toda mi vida, toda mi vida para la Orden”. A su madre, que lloraba junto a su padre y su hermana, le dijo: “son lágrimas de amor, pero también de dignidad; son lágrimas también de dolor”.
Que en paz descanse y ahora sea todo en Dios.