Hoy 11 de febrero. La iglesia en el mundo, en el marco de la Fiesta de Nuestra Señora de Lourdes, celebra la Jornada Mundial del enfermo, que llega a su vigésima octava edición: «Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré» (Mt 11,28). Una fiesta especial para los religiosos camilos que tenemos a los enfermos en el centro de nuestro carisma y espiritualidad.
La Iglesia en España, acogiendo este tema, «se ha propuesto centrase en una de las causas de ese cansancio que piden ser aliviadas: la soledad.
A propósito nos dice: “Con sólo echar una vista a los datos de la soledad nos damos cuenta que tiene las dimensiones de una auténtica epidemia. Según el Instituto Nacional de Estadística, se estima que en España hay 4,7 millones de hogares unipersonales. Dos millones de personas mayores de 65 años viven solas. Más de 850.00 mayores de 80 años viven solos y muchos presentan problemas de movilidad. Solo estas cifras son un dato preocupante. Si además sumamos, entre otras formas de soledad, la de quienes están ingresados en los hospitales o la de las familias con miembros con una enfermedad mental grave, por ejemplo, descubrimos lo acuciante de reflexionar para buscar el modo de aliviar tanta soledad”.
En relación al acompañamiento en la soledad el Centro San Camilo de Tres Cantos impulsa el Programa Soledad y Final de Vida (SOLFINO), que dentro de sus objetivos están:
- Acompañar a las personas que se encuentran en situación de enfermedad crónica evolutiva avanzada y en situación de soledad.
- Detectar mediante investigación quienes son, qué circunstancias viven, que nivel de complejidad tienen así como dónde se encuentran las personas con enfermedad crónica evolutiva avanzada que se encuentran o viven en soledad.
- Promover nuevos voluntarios así como ayudar a voluntarios que ya se encuentran actuando en éste ámbito, mediante la formación, a elaborar un ciclo de gestión adecuado de voluntariado.
Para nosotros los religiosos camilos, el aniversario del Día Mundial de los Enfermos es una oportunidad para poner el compromiso al servicio de la vida más frágil en el centro de atención, donde los enfermos dan testimonio de su camino del sufrimiento.