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28/10/24

Participamos en el VII encuentro de protección de menores

La Iglesia Española continúa su trabajo para abordar la protección de los menores en la iglesia frente a los abusos. en este caso con un enfoque centrado en el cuidado desde la familia de los menores y los avances en el trabajo con las oficinas de entorno seguro frente al abuso.

Hemos trabajado la importancia del cuidado de los padres a los hijos y la importancia de acompañar su proceso de maduración estando presentes, transmitiendo valores con el ejemplo y virtudes como la templanza. La importancia de cuidar los vínculos y cómo afecta en el abuso sexual infantil a la creación de vínculos seguros, cómo la creación en la infancia de vínculos sanos ayudará a los menores a reconocer las relaciones de riesgo, es importante redundar en ello. Desde el ámbito de las escuelas y la educación también se reconocía la importancia de crear lugares seguros en los que la detección es fundamental. Después se presentó la importancia de prevenir los abusos en realidades complejas como la discapacidad, la violencia intrafamiliar, el trabajo desde el ocio y el tiempo libre y cómo sanar las heridas de la violencia desde experiencias de sufrimiento.

Al día siguiente se presentó el PRIVA, que es el plan de reparación de las víctimas de abuso en el que se describe el marco y las claves para la reparación de las víctimas como marco de compromiso para toda la Iglesia de Madrid. Se expuso un acercamiento teológico a las víctimas como elemento clave para el trabajo de las oficinas y de la Iglesia, para contemplar a la victima como un lugar teológico sobre el que orar y meditar. Por último también las claves de esperanza desde las que se trabaja con las víctimas de abuso en el trabajo terapéutico, como se repitió en varias ocasiones a lo largo de la jornada, creer siempre en la sanación de la víctima y nuestro compromiso con ellas.

Un trabajo intenso y comprometido de tantas personas para que realmente la Iglesia se transforme en un lugar de cuidado y relaciones sanas de tolerancia cero a los abusos. Un lugar de cuidado, donde cuidar sea el signo Evangélico por excelencia.