Mensaje mundial por la Paz: «La buena política está al servicio de la paz»
El próximo 1 de enero de 2019 la Iglesia en el mundo celebra la de Solemnidad de Santa María, Madre de Dios y la Jornada Mundial de la paz, que llegará a su 52ª edición. El Vaticano ha difundido el martes 18 de diciembre el mensaje del Papa Francisco con de esta jornada que lleva como tema “La buena política al servicio de la paz”.
El texto está estructurado en 7 puntos a través de los cuales el papa nos recuerda que “la política es un vehículo fundamental para edificar la ciudadanía y la actividad del hombre, pero cuando aquellos que se dedican a ella no la viven como un servicio a la comunidad humana, puede convertirse en un instrumento de opresión, marginación e incluso de destrucción”.
“La acción del hombre sobre la tierra, cuando está inspirada y sustentada por la caridad, contribuye a la edificación de esa ciudad de Dios universal hacia la cual avanza la historia de la familia humana». Es un programa con el que pueden estar de acuerdo todos los políticos, de cualquier procedencia cultural o religiosa que deseen trabajar juntos por el bien de la familia humana, practicando aquellas virtudes humanas que son la base de una buena acción política: la justicia, la equidad, el respeto mutuo, la sinceridad, la honestidad, la fidelidad.
A este respecto, merece la pena recordar las “bienaventuranzas del político”, propuestas por el cardenal vietnamita François-Xavier Nguyễn Vãn Thuận, fallecido en el año 2002, y que fue un fiel testigo del Evangelio:
- Bienaventurado el político que tiene una alta consideración y una profunda conciencia de su papel.
- Bienaventurado el político cuya persona refleja credibilidad.
- Bienaventurado el político que trabaja por el bien común y no por su propio interés.
- Bienaventurado el político que permanece fielmente coherente.
- Bienaventurado el político que realiza la unidad.
- Bienaventurado el político que está comprometido en llevar a cabo un cambio radical.
- Bienaventurado el político que sabe escuchar. Bienaventurado el político que no tiene miedo.