22/06/18
Se dice que hace tiempo, en un pequeño y lejano pueblo, había una casa abandonada.
Un día, buscando refugiarse del sol, un perrito logró meterse por un agujero de una de las puertas de dicha casa. El perrito subió lentamente las viejas escaleras de madera y, al terminar de subirlas, se topó con una puerta semiabierta; lentamente se adentró en el cuarto. Para su sorpresa, se dio cuenta de que dentro de ese cuarto había mil perritos más, observándolo tan fijamente como él los observaba a ellos.
El perrito comenzó a mover la cola y a levantar sus orejas poco a poco. Los mil perritos hicieron lo mismo. Luego sonrió y le ladró alegremente a uno de ellos. El perrito se quedó sorprendido al ver que los mil perritos también le sonreían y ladraban alegremente con él. Cuando el perrito salió del cuarto, se quedó pensando para sí: «¡Qué lugar tan agradable! ¡Voy a venir muchas veces a visitarlo!».
Tiempo después, otro perrito callejero entró en el mismo lugar, pero, a diferencia del primero, al ver a los otros mil perritos, se sintió amenazado, ya que creía que lo miraban de manera agresiva. Luego empezó a gruñir y, naturalmente, vio cómo los mil perritos le gruñían a él.
Comenzó a ladrarles ferozmente y los otros mil perritos le ladraron también. Cuando este perrito salió de allí pensó: «¡Qué lugar tan horrible es éste! ¡Nunca más volveré a entrar aquí!».
En la portada de aquella casa había un viejo letrero que decía: «La casa de los mil espejos».
- El entorno donde más dificultad experimento para añadir el bien es ...
- Me siento especialmente confrontado en los espejos que me devuelven mis sentimientos de ...
Despidiendo la semana con un cuento
Los mil espejos
Se dice que hace tiempo, en un pequeño y lejano pueblo, había una casa abandonada.
Un día, buscando refugiarse del sol, un perrito logró meterse por un agujero de una de las puertas de dicha casa. El perrito subió lentamente las viejas escaleras de madera y, al terminar de subirlas, se topó con una puerta semiabierta; lentamente se adentró en el cuarto. Para su sorpresa, se dio cuenta de que dentro de ese cuarto había mil perritos más, observándolo tan fijamente como él los observaba a ellos.
El perrito comenzó a mover la cola y a levantar sus orejas poco a poco. Los mil perritos hicieron lo mismo. Luego sonrió y le ladró alegremente a uno de ellos. El perrito se quedó sorprendido al ver que los mil perritos también le sonreían y ladraban alegremente con él. Cuando el perrito salió del cuarto, se quedó pensando para sí: «¡Qué lugar tan agradable! ¡Voy a venir muchas veces a visitarlo!».
Tiempo después, otro perrito callejero entró en el mismo lugar, pero, a diferencia del primero, al ver a los otros mil perritos, se sintió amenazado, ya que creía que lo miraban de manera agresiva. Luego empezó a gruñir y, naturalmente, vio cómo los mil perritos le gruñían a él.
Comenzó a ladrarles ferozmente y los otros mil perritos le ladraron también. Cuando este perrito salió de allí pensó: «¡Qué lugar tan horrible es éste! ¡Nunca más volveré a entrar aquí!».
En la portada de aquella casa había un viejo letrero que decía: «La casa de los mil espejos».
Para reflexionar
- Es fácil que allí donde voy me encuentro lo que llevo, particularmente ...- El entorno donde más dificultad experimento para añadir el bien es ...
- Me siento especialmente confrontado en los espejos que me devuelven mis sentimientos de ...