23/11/16
Carta Apostólica del Papa Francisco “Misericordia et misera” (Misericordia y miseria)
El pasado 21 de noviembre el Vaticano publicó la carta del Papa Francisco “Misericordia et misera” (Misericordia y miseria) mediante la cual quiere recordar que la misericordia es una de las actitudes propias del cristiano e invita a que se viva tan intensamente como durante el Jubileo.
Misericordia et misera son las dos palabras que san Agustín usa para comentar el encuentro entre Jesús y la adúltera (cf. Jn 8,1-11). No podía encontrar una expresión más bella y coherente que esta para hacer comprender el misterio del amor de Dios cuando viene al encuentro del pecador: «Quedaron sólo ellos dos: la miserable y la misericordia»
Algunas recomendaciones de la carta:
- “Recomiendo mucho la preparación de la homilía y el cuidado de la predicación. Ella será tanto más fructuosa, cuanto más haya experimentado el sacerdote en sí mismo la bondad misericordiosa del Señor” (n. 6).
- “La homilía, como también la catequesis, ha de estar siempre sostenida por este corazón palpitante de la vida cristiana” (n. 6).
- “Deseo vivamente que la Palabra de Dios se celebre, se conozca y se difunda cada vez más (…). Sería oportuno que cada comunidad, en un domingo del Año litúrgico, renovase su compromiso en favor de la difusión, conocimiento y profundización de la Sagrada Escritura: un domingo dedicado enteramente a la Palabra de Dios” (n. 7).
- “La lectio divina sobre los temas de la misericordia permitirá comprobar cuánta riqueza hay en el texto sagrado, que leído a la luz de la entera tradición espiritual de la Iglesia, desembocará necesariamente en gestos y obras concretas de caridad” (n. 7).
- “En el Sacramento del Perdón, Dios muestra la vía de la conversión hacia él, y nos invita a experimentar de nuevo su cercanía. Es un perdón que se obtiene, ante todo, empezando por vivir la caridad” (n. 8).
- “Solo Dios perdona los pecados, pero quiere que también nosotros estemos dispuestos a perdonar a los demás, como él perdona nuestras faltas” (n. 8).
- “La iniciativa 24 horas para el Señor en la proximidad del IV Domingo de Cuaresma ha encontrado un buen consenso en las diócesis y sigue siendo como una fuerte llamada pastoral para vivir intensamente el Sacramento de la Confesión” (n. 11).
Recomendación específica para los confesores
- “A los sacerdotes renuevo la invitación a prepararse con mucho esmero para el ministerio de la Confesión, que es una verdadera misión sacerdotal. (…) “Os pido que seáis acogedores con todos (…). El sacerdote en el confesionario tenga también un corazón magnánimo” (n. 10).
- No arruinemos esas ocasiones con comportamientos que contradigan la experiencia de la misericordia que se busca. Ayudemos, más bien, a iluminar el ámbito de la conciencia personal con el amor infinito de Dios. (…) Se requieren sacerdotes que pongan su vida al servicio del ‘ministerio de la reconciliación’, para que a nadie que se haya arrepentido sinceramente se le impida acceder al amor del Padre” (n. 11).
“La misericordia no puede ser un paréntesis en la vida de la Iglesia, sino que constituye su misma existencia, que manifiesta y hace tangible la verdad profunda del Evangelio. Todo se revela en la misericordia; todo se resuelve en el amor misericordioso del Padre”, dice el Pontífice en la misma.