La Navidad: Luz, Esperanza y Compromiso en el Año Jubilar
Compartimos el mensaje del Superior General de la Orden, P. Pedro Tramontin, dirigido a la gran Familia de San Camilo con motivo de la celebración de la Navidad. Este tiempo de gracia nos recuerda que Dios se hace cercano a nuestra humanidad, iluminando nuestras fragilidades con esperanza y amor.
En su mensaje, el P. Pedro Tramontin nos invita, en el marco del Año Jubilar de la Iglesia y el Jubileo de la Conversión de San Camilo, a renovar nuestro compromiso con los más frágiles, llevando paz y consuelo como signos vivos de la misericordia de Dios. Que esta Navidad sea una ocasión para fortalecer nuestra fe y nuestra misión.
«Toda buena dádiva y todo don perfecto viene de lo alto» (St 1,17)
Queridos hermanos y hermanas:
En este tiempo de gracia, celebramos una vez más el misterio de la Encarnación: "El Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros» (Jn 1,14). Dios se hace prójimo, entra en las fragilidades y esperanzas de la humanidad.
En un mundo que sufre, la Navidad de Jesús nos recuerda que Dios no está lejos sino cerca: viene y se manifiesta en nuestra humanidad. Como dice el profeta Isaías: "El pueblo que caminaba en tinieblas vio una gran luz» (Is 9,1). Esta luz es Cristo, esperanza para una humanidad herida.
Para nosotros los Camilos, esta llamada a la esperanza se traduce en acciones concretas. Somos enviados a dar testimonio del amor encarnado de Dios, sirviendo a los enfermos, llevando consuelo a los que . sufren y convirtiéndonos en instrumentos de paz y reconciliación. San Camilo, en su tiempo, nos enseñó que cuidar a los enfermos es más que un servicio: es un signo visible de la misericordia de Dios.
Este año. con el Jubileo de la Iglesia Peregrina de la Esperanza y el Jubileo de la Conversión de nuestro Fundador, Conquistados por Cristo se nos invita a vivir una renovada conversión del corazón. En un mundo que a menudo olvida a los más frágiles, estamos llamados a ser una presencia viva del Evangelio, a trabajar con compasión y competencia, llevando esperanza a los que sufren.
En este tiempo marcado por tantos desafíos globales, recemos para que la Navidad sea una ocasión de renacimiento espiritual para todos. Que el Niño Jesús, Príncipe de la Paz (Is 9,5), suscite en los poderosos la voluntad de construir un mundo más justo, y en cada uno de nosotros la valentía de ser constructores de fraternidad. "Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de Dios» (Mt 5,9).
Os deseo una Navidad vivida en la fe, la esperanza y la solidaridad. Que el Señor, a través de nuestro ministerio, haga visible su amor, llevando luz donde hay oscuridad, paz donde hay conflicto y consuelo donde hay sufrimiento, Feliz Navidad y próspero Año Jubilar a todos.
Con afecto y oración.
P. Pedro Tramonti
Roma, 22 de diciembre de 2024