Saludo de Navidad del Superior General
Compartimos el saludo de Navidad del Superior General de la Orden, p. Pedro Tramontin y su Consulta.
Queridos Hermanos Camilos, Estimados amigos,
¡un cordial saludo a todos y cada uno de vosotros!
Queremos compartir con vosotros este mensaje de Navidad, invitándoos a reservar un momento, como individuos y como comunidad, un espacio de tiempo para vosotros mismos, para apreciar el gran don que Dios nos ofrece en su Amor.
También este año 2022, la providencia nos brinda la oportunidad de celebrar la Navidad, memoria histórica de la encarnación de Jesús, el Hijo de Dios.
El Señor que asume la plenitud de nuestra humanidad es el gran mensaje de amor de Dios: nos ama a cada uno de nosotros, a cada uno en su individualidad, hasta el punto de descender entre nosotros para que cada uno cultive "sus propios sentimientos" (Flp 2,5).
Este tiempo representa una preciosa op ortunidad de aprender de Aquel que "se despojó de sí mismo" para hacerse "siervo" y en esta condición de proximidad y de profunda verdad humana eligió hacerse misionero, saliendo de sí mismo, bajando y asumiendo libremente la fragilidad y la precariedad de sus hermanos.
Donde nace Dios, sobre todo donde le dejamos nacer acogiéndole a Él y a nuestros hermanos y hermanas, renace la esperanza y florecen la justicia y la paz. "En la esperanza hemos sido salvados" (Rm 8,24): aceptando a Jesús en el centro de nuestros intereses vitales, se nos dará una esperanza fiable, en virtud de la cual podremos afrontar nuestro presente, incluso con todas sus luchas, resistencias, temores y cruces.
La Virgen Madre deposita al Niño en el pesebre, emblema de humildad pero también lugar donde se ofrecía alimento nutritivo para los animales. Es aquí donde Jesús se ofrece por nosotros; es aquí donde Jesús nace pobre en cosas y medios, pero para abrir el espacio a una riqueza inesperada de relaciones auténticas.
Confrontados de nuevo este año con el Evangelio y el belén viviente, estamos obligados a ampliar los espacios de proximidad y solidaridad, incluyendo la necesidad y la necesidad de cada uno de nuestros hermanos y hermanas, con los que, naciendo en Belén, se identificó el mismo Jesús (cf. Mt 25).
Todos pasamos por momentos difíciles. Intentemos no mostrar nuestro dolor, sobre todo si alguien, desesperado, busca nuestro apoyo. Ayudemos a los demás, encendiendo en sus corazones heridos una pequeña luz de esperanza, porque nuestro dolor disminuye cuando ayudamos a nuestros hermanos y hermanas a soportar el suyo. Sólo en esta dimensión el nacimiento de Jesús es una buena noticia para todos que ilumina todo pesimismo, pereza y miedo: "Hoy nos ha nacido un Salvador" (Lc 2,11).
Aprovechamos esta oportunidad para agradeceros vuestro apoyo y vuestra fraternidad: damos gracias al Señor por vuestra consagración y por vuestro ministerio vivido con entrega y pasión al servicio de los que sufren o de cualquier persona que Dios ponga en nuestro y vuestro camino.
Recemos y esperemos que juntos podamos perseverar, con alegría y esperanza, en nuestro testimonio camiliano, fortalecidos por la bendición que nos trae la fiesta de Navidad.
En la reciprocidad de la oración fraterna, asegurándote nuestra intercesión ante el Señor que viene en su Navidad, ¡te pedimos que te acuerdes también de nosotros!
¡Mil bendiciones! Feliz Navidad y próspero Año Nuevo S. Navidad 2022
p. Pedro TRAMONTIN Superior General y Consultores