El 15 de agosto, la Iglesia en el mundo celebra la Solemnidad de la Asunción de la Virgen María al cielo, una fecha especial para los Religiosos Camilos. En este curso más especialmente ya que hemos profundizado en la dimensión mariana, inspiradora del cuidado maternal de Camilo de Lelis.
En la víspera de esta fiesta, un 14 de agosto de 1582, Camilo de Lelis tuvo la inspiración de crear un grupo de hombres piadosos y generosos, que no quisieran saber nada de salarios o compensaciones de ningún tipo, sino guiados y movidos únicamente por el amor a Dios y los pobres, que deseasen entregarse a los enfermos. Entregarse de una manera especial con «más corazón en las manos» y «cuidado como una madre cuida a su único hijo enfermo», inspirados por Cristo.
Para recordar esta inspiración, que tanto bien trajo al mundo de la salud, a la Iglesia y a la humanización del cuidado, compartimos el relato de su compañero y biógrafo Sancio Cicatelli
El primer pensamiento que tuvo Camilo de instituir la Compañía
Mientras Camilo ejercía el cargo de mayordomo, día a día crecía en él la caridad hacia los enfermos de su hospital y reflexionaba sobre cómo podría alcanzar la altura de esta santa virtud, mucho más preclara que todas las demás virtudes. Le apenaba, en gran manera, ver cómo sufrían por el trato de los empleados mercenarios, especialmente cuando los llamaban por la noche y no respondían ni acudían a ayudarles, pensando que nadie los veía. Pero Camilo, en más de una ocasión y a propósito, se escondía entre las camas de los enfermos para vigilar o acudía él rápidamente, cuando los oía pedir ayuda desde su habitación, y después reprendía con severidad a los empleados e incluso los dejaba sin comida como castigo.
Aun que tenía muy vigilados a aquellos hombres mercenarios, se daba cuenta de que al no proceder su servicio del verdadero amor, sino solamente del interés por el salario, frecuentemente faltaban a su deber, en detrimento de los pobres.
Estando, pues, una noche ya tarde (podía ser la una de la madrugada) en medio del hospital preocupado por estas consideraciones, se le ocurrió el siguiente pensamiento:
Que tal inconveniente no se podía remediar si no librando a los enfermos de aquellos mercenarios, instituyendo en su lugar una Compañía de hombres piadosos y de bien que, no por salario, sino voluntariamente y por amor a Dios, los sirviesen con la caridad y ternura que suelen emplear las madres con sus propios hijos enfermos.
Se le ocurrió igualmente en esta primera idea que estos piadosos hombres (para que fueran conocidos en la ciudad) podrían llevar algún distintivo en el vestido, por ejemplo una cruz u otra cosa parecida.
Vuelto en sí de sus reflexiones se propuso, con la ayuda del Señor, ser él quien diera comienzo a tal obra, empeñando todas sus fuerzas para llevarla a término.
Esto le sucedió el año 1582, undécimo del pontificado de Gregario XIII, en tomo a la fiesta de la Asunción de la Virgen de Agosto. Este primer pensamiento (simple esbozo del que sacó Dios la Orden) no aspiraba más que a formar una sencilla compañía de seglares, elegidos entre los más generosos de los empleados del propio Hospital de Santiago.
De ninguna manera pensó entonces en fundar una Congregación, ni en salir de dicho hospital. Tampoco en servir a los apestados, recomendar el alma a los agonizantes o en visitar a los encarcelados. A todo esto, poco a poco, le fue encaminando Dios; estimulando aquella primera y sencilla idea, según veía que progresivamente se iba ensanchando la capacidad de entendimiento de Camilo.