Compartimos el mensaje por la Pascua 2022 del Vicario General p. Laurent Zoungrana y su Consulta:
Queridos hermanos,
Queridos enfermos
Queridos hermanos y hermanas de la Familia Carismática Camiliana
Y queridos todos los que leen este pequeño mensaje de Pascua
Estamos celebrando la Pascua en un contexto especial en la Iglesia: el Sínodo sobre la Sinodalidad. Este evento al que el Papa nos invita a todos consiste en caminar juntos como miembros de una misma familia que construyen la comunión en la escucha mutua y el discernimiento hecho juntos. El cardenal Mario Grech nos dice que la sinodalidad “nos remite a la esencia misma de la Iglesia, a su realidad constitutiva, y está orientada a la evangelización. Es también una profecía para el mundo de hoy: «Porque así como el cuerpo es uno y tiene muchos miembros, y todos los miembros del cuerpo, aunque son muchos, forman un solo cuerpo, así también Cristo» (1Cor 12, 12). «. En esta Sinodalidad, nadie está excluido; todos están llamados a caminar juntos.
El tan esperado Capítulo General de los Ministros de los Enfermos (religiosos camilos) que se celebrará del 2 al 21 de mayo de 2022 es como una mini-sinodalidad que viviremos ya que nuestra Orden es “parte viva de la Iglesia” (Const. artículo 1). En ella «reside la suprema autoridad colegial de la Orden». Juntos caminaremos en la búsqueda de la verdad, de la voluntad de Dios, teniendo como objetivo el tema: ¿Cuál es la profecía camiliana hoy? Caminaremos en la discusión, pero también en la fraternidad y la comunión entre nosotros y con la Iglesia.
Como los discípulos de Emaús en la noche de Pascua (Lc 24, 13-35), también nosotros en el Capítulo General conversaremos mientras caminamos, pero con la (cierta) esperanza de que el Resucitado estará también a nuestro lado para calentar nuestros corazones, para explicarnos las Escrituras, en particular para explicarnos aquellos pasajes de amor, de misericordia, de compasión, de fraternidad y aquellos pasajes que nos animarán a salir «sin demora… de Jerusalén» para anunciar que Jesucristo vive y para ofrecer nuestro carisma como contribución a la edificación de la Gran Familia que es la Iglesia.
En la noche de Pascua, el Señor Resucitado ofreció la paz a sus discípulos temerosos. La guerra en Ucrania es una señal de que en el mundo falta este precioso don de la Paz.
Mientras junto con los Consultores deseo una Santa Pascua a todos y en particular a los hermanos y hermanas afectados por la violencia, la enfermedad, los sufrimientos de diversa índole, pido al Señor que nos dé el don de la paz junto con el don del perdón recíproco, la reconciliación y la compasión del verdadero amor.
Y a nuestro futuro Capítulo, deseo que el Soplo del Resucitado lo invada también por intercesión de nuestro Fundador, San Camilo de Lelis, para que caminemos en la búsqueda de la voluntad del Padre.
Paz y salud
