“Testigos de la esperanza y la alegría”. La esperanza y la alegría son dos palabras que atraviesan los mensajes del papa Francisco a toda la Iglesia y especialmente a la vida consagrada.
“Testigos de la esperanza y la alegría” es el lema de la Jornada Mundial de la Vida Consagrada que se celebra el próximo jueves 2 de febrero fiesta de la Presentación del Señor en el templo. Una día muy especial para los Religiosos Camilos por tratarse de la fecha de la conversión de Camilo de Lelis en 1575
La celebración de la Jornada Mundial de la Vida Consagrada, instituida por San Juan Pablo II el 2 de febrero de 1997 tiene como objetivo ayudar a toda la Iglesia a valorar cada vez más el testimonio de quienes han elegido seguir a Cristo de cerca mediante la práctica de los consejos evangélicos y, al mismo tiempo, quiere ser para las personas consagradas una ocasión propicia para renovar los propósitos y reavivar los sentimientos que deben inspirar su entrega al Señor
En un mundo con frecuencia agitado y distraído, la celebración de esta Jornada anual ayudará también a las personas consagradas, comprometidas a veces en trabajos sofocantes, a volver a las fuentes de su vocación, a hacer un balance de su vida y a renovar el compromiso de su consagración.
Un día para mirar “a la vida consagrada y a cada uno de sus miembros como un don de Dios a la Iglesia y a la humanidad. Juntos damos gracias a Dios por las Órdenes e Institutos religiosos dedicados a la contemplación o a las obras de apostolado, por las Sociedades de vida apostólica, por los Institutos seculares, por el Orden de las vírgenes, por las Nuevas Formas de vida consagrada y por otros grupos de consagrados, como también por todos aquellos que, en el secreto de su corazón, se entregan a Dios con una especial consagración”, recuerda el presidente de esta Comisión, Mons. Vicente Jiménez Zamora.