Francisco recordó a los médicos la recomendación de San Camilo de Lelis para tratar a los enfermos: “Pongan más corazón en esas manos”.
Médicos de España, Portugal e Iberoamérica se reunieron el pasado 9 de junio con el papa Francisco en el Vaticano, donde se habló de temas como la compasión y de las preocupaciones que afectan al mundo actual, como “las guerras injustificadas”, la violencia machista o la eutanasia
“A mí me gusta bendecir las manos de los médicos como signo de reconocimiento a esa compasión que se hace caricia de salud”, expresó el Papa Francisco al recibir a los directivos de los Colegios de Médicos de España y Latinoamérica, a quienes invitó a ser como el buen samaritano “que no pasa de largo ante la persona malherida al borde del camino”.
Durante el encuentro en la Sala Clementina, el Santo Padre denunció que “en nuestra cultura tecnológica e individualista, la compasión no siempre es bien vista; en ocasiones, hasta se la desprecia porque significa someter a la persona que la recibe a una humillación. E incluso no faltan quienes se escudan en una supuesta compasión para justificar y aprobar la muerte de un enfermo. Y no es así”.
Francisco señaló además que “la verdadera compasión no margina a nadie, ni la humilla, ni la excluye, ni mucho menos considera como algo bueno su desaparición. Ustedes saben bien que eso significaría el triunfo del egoísmo, de esa ‘cultura del descarte’ que rechaza y desprecia a las personas que no cumplen con determinados cánones de salud, de belleza o de utilidad”.
El Pontífice indicó que “la identidad y el compromiso del médico no sólo se apoya en su ciencia y competencia técnica, sino principalmente en su actitud compasiva y misericordiosa hacia los que sufren en el cuerpo y en el espíritu. La compasión es de alguna manera el alma misma de la medicina. La compasión no es lástima, es padecer-con”.
Añadió que “y si bien en el ejercicio de la medicina, técnicamente hablando, es necesaria la asepsia, en el meollo de la vocación médica la asepsia va contra la compasión, la asepsia es un medio técnico necesario en el ejercicio pero no debe afectar nunca lo esencial de ese corazón compasivo. Nunca debe afectar el ‘pongan más corazón en esas manos’”.
El Papa se despidió de los médicos asegurándoles sus oraciones y su aprecio por “el esfuerzo que realizan para dignificar cada día más su profesión y para acompañar, cuidar y valorar el inmenso don que significan las personas que sufren a causa de la enfermedad”.